El duro confinamiento que están viviendo en Francia, ha alentado a viajar a cientos de franceses. Estas hordas de turistas, que han saturado los establecimientos de restauración, han obligado a Jesucristo a cambiar la ubicación de la Última Cena.
En un primer momento, la ya famosa cena de Jesús y los 12 apóstoles se iba a celebrar en la fonda de siempre, sin embargo, esta vez estaba llena de franceses borrachos. “No paraban de gritar y cantar” exclama el apóstol Marcos “Uno de ellos vomitó encima del espíritu santo y otros jugaban a hacer básquet con mi aureola tirando latas de cerveza”.
Jesucristo confiesa: “Sé que un buen cristiano siempre debe poner la otra mejilla, pero es que les metería de hostias hasta en la foto del DNI…”
Al final, la nueva ubicación de la Última Cena será un McDonalds. Jesucristo ha querido quitar hierro al asunto: “No es el mejor lugar de todos, pero hay sitios peores, como el Infierno o París.”