Hace varias semanas, en plena subida en los precios del gas, la banquera más famosa de España sacó pecho asegurando que había bajado varios grados la calefacción de su casa, a fin de no dar más dinero a Putin. Un gesto que provocó mofa entre todos los españoles, excepto al personal de servicio de sus mansiones, que pasó varias semanas acatarrado.
Hoy, a las puertas de una ola de frío, una de las mujeres más ricas del mundo sigue en su cruzada contra el mal:
“Debemos resistir. Hay que hacer esfuerzos aunque el frío apriete o, en casos extremos, recurrir a otras fuentes de energía. Yo por ejemplo echo un par de Picassos, de esos que buscan los jueces, a la chimenea y ¡Olé! ¡Jódete Rusia!”
Preguntada sobre qué hacer en caso que no dispongamos de Picassos para quemar, la banquera se ha mostrado empática con los ciudadanos de a pie: “No sé, pues Monets, Mirós, billetes de 500… ¿la gente no tiene de estas cosas en casa?”