Nadie podía prever la cantidad de tiempo que Ramiro, de 88 años, dilapidaría al acercarse al cajero del Banco Rural. Bueno, un poco sí se veía venir. Especialmente tras el primer “¿Aquí cómo se habla con el director?” acompañado de un alarmante “¿Y dónde mete uno la cartilla?” mientras el anciano mostraba su DNI a la cámara del cajero.
Ramiro iba camino de lograr el récord de tardar más tiempo en sacar dinero en efectivo de un cajero, certificado por una joven de la cola a la que le dio tiempo a sacarse unas oposiciones a notaría durante la espera.
Sin embargo, Don Ramiro no terminó en la lista Guinness, ya que decidió cancelar la operación tras ver la comisión que le aplicarían por ser de otro banco. Los asistentes reaccionaron con estupefacción y reivindicaciones de linchamiento.