Es con melancolía que asumen que la secesión es inevitable, pero la asociación cultural granadina AAC (Ateneo Ala Consecuensia) no desea una separación amarga. Agridulce, a lo sumo.
«Si os tenéis que ir, irse. Pero llevarse estos 120 litros de puchero y este salmorejo que ha hecho la tiita Córdoba, ¡que no os vais a alimentar de pantumaca toda la vida!», reza la carta abierta que leyó el emocionado presidente de la AAC, Eugenio Rabubilla, y que acompañó el envío de dos contenedores industriales repletos de jamones, aceite de oliva y cientos y cientos de tuppers preparados con amor en otros tantos hogares andaluces que ven la inminente ruptura de España como algo triste, pero necesario: «Tarde o temprano hay que abandonar el nido, diga lo que diga Madrid. No le hagáis caso; ya sabéis cómo es».
Entidades culturales catalanas acudieron en expedición a Málaga para agradecer en persona tan enternecedor gesto.
«Siempre nos tendréis aquí para resintonizaros la TDT y cambiar la hora de los ordenadores que tenéis en vuestras escuelas pagados con nuestros impuestos », dijeron entre lágrimas antes de fundirse en un conmovedor abrazo.