Después de todas las tiranteces habidas y por haber con la exhumación de Franco, la situación se ha resuelto sola. Y es que esta mañana, después de saberse la sentencia contra los líderes independentistas, el Caudillo ha salido por su propio pie de la tumba para festejar las condenas.
Franco asegura que, a pesar de estar satisfecho con la sentencia, hubiera ido un poco más allá y condenando a garrote vil a los 7 millones y medio de catalanes que viven en Cataluña.
Sin embargo, no ha querido ser pesimista y ha asegurado que espera que este sea el primer paso para que la Justicia empiece a perseguir y a encarcelar a todo aquel que use la democracia en lugar de malgastar el tiempo condenando a pacíficos violadores.
Acto seguido, se ha dirigido al bar más próximo donde ha pedido una botella del champán más barato que había: “Ojo, no lo pido por ser tacaño ¿eh? Lo digo porque, como al tomarlo se me va caer entre los huesos... ¿o no sabéis el chiste del esqueleto que entra en un bar?”