Atascos, caravanas, calles cortadas... Toda España se paraliza para que los frikis puedan sacar sus muñecos al aire libre y jugar con ellos. Mirarlos, tocarlos, gritarles, llorarles o cargarlos a su espalda para que todo el mundo vea lo orgullosos que están de sus figuritas. Para que lo entiendan las personas normales: imaginad que una semana al año os dieran fiesta para poder salir a enseñar los funkopops que os habéis comprado por Amazon. Pues lo mismo, pero sin tributar. Bueno, en realidad es igual, porque Amazon tributa en Luxemburgo.