La final de la Copa Libertadores de fútbol entre River Plate y Boca Juniors se jugará finalmente en Madrid, pero no en el Santiago Bernabéu, como estaba inicialmente previsto, sino en el zoo de la ciudad.
En vista del comportamiento violento y primitivo de la hinchada argentina durante la previa del partido, en la que lanzaron piedras, bengalas, gases lacrimógenos e incluso sus propias heces contra los rivales, la Confederación Sudamericana de Fútbol y la alcaldía de Madrid han llegado a un acuerdo para disputar el partido con los seguidores argentinos entre las rejas. Los hinchas en el interior de las jaulas destinadas a los animales del zoo, desde donde podrán dar rienda suelta a sus primitivos cánticos guturales agarrados a los barrotes mientras intentan controlar su propio esfínter.
Varias asociaciones han denunciado la iniciativa calificándola de "despiadada e inhumana". La crítica más común asegura que “los animales no deberían compartir jaula con estos seres tan primarios”.