Pero lo más duro estaba aún por llegar. Santiago Peñalver se ha venido abajo al recordar a su retoño, el pequeño Santi Jr., al que él mismo había inculcado su amor incondicional por el Barça y que adoraba con devoción ciega a Neymar. “¿Ahora cómo se lo cuento a mi hijo? ¿Nadie piensa en los niños? Espera... ¿Es posible que, como sociedad, hayamos cometido un error al convertir a jóvenes deportistas millonarios y consentidos en modelos de valores para los niños?”, se ha preguntado sentado en la playa, a full triste.