La llegada del rey emérito a un resort de lujo en tierras dominicanas no ha comenzado de la mejor manera posible; en parte por el escándalo generado por su huida del país y, en parte, debido a las exigencias no cubiertas que el monarca no ha dudado en hacer públicas en la red.
“Poco estilo y savoir faire. Apenas un puñado de damas de compañía en la recepción, camas pequeñas, sin espejo en el techo ni viagra en el minibar, y servicio con genuflexiones protocolarias sin apenas aroma a lameculos profesional. ¡Cómo echo de menos esos besamanos de España! Además, el tipo de recepción ha comentado cosas extrañas sobre algo llamado “pagar la cuenta” que ha resultado confuso y muy incómodo”.
La crítica publicada en las redes ha caído como un jarro de agua fría sobre la dirección del hotel, que ha pedido explicaciones al monarca e, incluso, le ha amenazado con cancelar la cuenta y su pulserita dorada que, añaden los encargados “Puede dar derecho a bebidas ilimitadas, pero no a meter mano a las monitoras de aqua gym, por muy premium que sea”.
Por su parte, los medios de comunicación españoles ya se han hecho eco de la noticia, criticando al complejo hotelero y ofreciendo, si es necesario, la piel de sus becarios de redacción para construir una jaima al monarca al más puro estilo jeque de arabia.