pussydestroyer
‘Llegó a casa con una camiseta que ponía Pussy Destroyer, aquello ya me pareció raro. Me sentó en una silla y me explicó que donde esté un buen coño, se quiten todas las pollas del mundo. Yo no entendía nada. Me dejó un tupper con carne guisada y se fue. Creo que ahora vive en Ibiza con una chica cubana. Me destrozó la vida’.