Después de afirmar en una entrevista que “el comunismo es más peligroso que el coronavirus, porque para el coronavirus hay vacuna pero para el comunismo no”, Jiménez Losantos ha decidido ponerse manos a la obra y contratar a la farmacéutica Pfizer para que la halle.
La idea es que, al igual que en las vacunas se usan virus debilitados, aquí se usen genes comunistas debilitados y por eso Pfizer ya se ha puesto en contacto con Alberto Garzón.
Durante la primera fase de ensayos se prevé vacunar a 200 loros y ponerles La Internacional y, si no la repiten, es que la vacuna es un éxito. Sin embargo, el sueño de Losantos presenta un fallo y es que al ser una investigación privada, la vacuna solo será económicamente accesible para los más ricos, quienes realmente no la necesitan ya que tienen el cuerpo atestado de defensas capitalistas que les hacen inmunes y no se pueden contagiar.