Pablo Casado ha vuelto a demostrar que es un político sin pelos en la lengua y con una tendencia natural al racismo. A raíz de la ola de calor de las últimas semanas, el Presidente del PP ha declarado que la culpa de las altas temperaturas es debida a la inmigración, más concretamente a su color de piel.
“Yo no soy racista, soy un amante de la meteorología. De hecho, me saqué el máster en meteorología mirando las nubes y viendo formas”, declaraba Casado.
Según Casado “los inmigrantes subsaharianos funcionan como placas solares que absorben el calor y suben las temperaturas del país obligando a los españoles de bien a tener que emigrar a zonas más frescas como Alemania. No se trata de una fuga de cerebros, están expulsando a los jóvenes”.
Para el Presidente del PP se trata de un complot subsahariano-musulmán para recuperar Al-Andalus por medio de una invasión progresiva del territorio. “Hacen subir las temperaturas, nos roban los trabajos y abarrotan los hospitales, ¿Qué será lo próximo? ¡¿Toreros negros?!”
Para Casado factores como el cambio climático, el deshielo o el desgaste de la capa de ozono son excusas de rojos y republicanos para no reconocer el problema real.
Para contrarrestar la “supuesta invasión”, Pablo Casado ha contratado a 1.000 miembros del Ku Klux Klan para hacer de pantalla reflectora del calor y contrarrestar el “efecto invernadero” que provocan los inmigrantes subsaharianos.