Pablo Iglesias ha querido acallar las voces que lo acusan de excesivo personalismo dentro de Podemos organizando un debate interno por el liderazgo del partido.
Con Errejón fuera de la formación y el sector anticapitalista desautorizado, Iglesias ha debatido con la única amenaza que podría arrebatarle hoy día el cetro de Podemos: su propio reflejo.
“Yo soy el verdadero espíritu del 15M. ¡Deja de copiarme!” le ha gritado el líder morado a su reflejo en el espejo. El debate, organizado ante la militancia del partido, ha sumido en la estupefacción a los seguidores de Podemos, que temen que Iglesias se ha haya vuelto definitivamente chiflado.
Uno de los momentos más tensos del debate ha ocurrido cuando, sintiéndose acorralado, Pablo Iglesias ha acusado al reflejo de Pablo Iglesias de haber puesto al reflejo de Irene Montero de número dos del partido.