El merchandising españolista causa furor entre los jóvenes Cayetanos, que se vuelven locos acumulando pulseritas de España en sus muñecas, luciendo mascarillas rojigualdas de dudosa eficacia médica o reproduciendo sin parar las canciones de Taburete.
Pero recientemente ha salido al mercado un nuevo producto con el que los jóvenes retoños de Vox podrán despilfarrar la paga que les dan sus padres. Se tratan de los Paguitas, una versión abascalizada de los polémicos Conguitos.
"Nos encanta comer Paguitas porque a diferencia de los negritos, nosotros nos sentimos orgullosos de ser representados con nuestros color de piel y los atributos que defienden a un español de bien" asegura un joven consumidor de Paguitas. "Además, representan nuestro mayor sueño en esta vida: que se nos pague solo por ser españoles orgullosos de serlo".