Esta mañana Moncloa ha anunciado que la comida que iba a tener lugar entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para reunadar las negociaciones entre PSOE y UP, se ha suspendido indefinidamente al no haber un acuerdo entre ambos líderes sobre qué pedir para comer.
Sánchez quería pedir como entrante croquetas para compartir, cosa que ha molestado al líder de Podemos ya que afirmaba saber de buena fuente que las croquetad eran congeladas. Por ello, Iglesias prefería un entrante más sencillo pero efectivo como queso a la parrilla.
La propuesta ha sido rechazada de plano por Sánchez ya que el queso que usan es demasiado grasiento y eso le provoca una digestión pesada.
Hubo un momento en el que parecía que la conciliación iba a ser posible ordenando la bebida ya que ambos estaban de acuerdo con que fuese vino de la casa. Sin embargo, Iglesias quería mezclarlo con casera al ser ésta una bebida más del pueblo mientras que Sánchez lo quería solo porque siendo un vino de la casa ya era lo suficientemente del pueblo.
Ahora las negociaciones parecen definitivamente rotas aunque algunas voces sugieren que podrían salvarse si ambos comen en McDonalds y cada cuál se pide su propio menú.