El grupo de machitos que ha puesto en grito en el cielo pidiendo el boicot a una marca de maquinillas de afeitar, también conocidos como el colectivo veo-un-anuncio-que-pide-acabar-con-comportamientos-repugnates-y-yo-me-ofendo ha decidido terminar con sus protestas. El detonante: intentar arrancarse el vello con cera depilatoria tras renunciar a todas las maquinillas.
“Fue sentir el primer tirón y darme cuenta de todo: del sufrimiento impuesto por el heteropatriarcado, la carga mental, el techo de cristal… Lloré, sí. Mucho. Pero ahora entiendo que hay que ser de hierro para no hacerlo. Y todo hombre que base su credo en una lógica VinDieseliana debe aceptarlo: si ellas pueden con esto, es que son más fuertes que nosotros. Respeto”, declaraba emocionado @MonguerMacho (ahora @AliadoConverso) en Twitter.
Aun así, los más reaccionarios han decidido seguir con su protesta hasta el final y han creado el reto #CeraManChallenge. La esfera feminista, que iba a recordar que tampoco es necesario depilarse, que es una imposición absurda hacia las mujeres, ha preferido callar, inteligentemente, y así disfrutar un poco del espectáculo que supone ver a cientos de machirulos en Youtube soltando lágrimas para demostrar que pueden soportar el challenge.