La segunda amenaza más temida del país: la invasión de hordas de cuñados explicando los chistes que han preparado durante el confinamiento ha sido parcialmente neutralizada. El Gremio de Restauración ha tomado una medida decisiva: limitar indefinidamente la presencia de cuñados en las terrazas.
“Queremos evitar que los clientes tengan que escuchar comentarios como: la corona es el verdadero virus, pues de poco que no bajo en pijama o la libertad sabe a una cañita en una terracita”, declaraba el Presidente del Gremio.
Las terrazas reservarán una mesa especial para que se siente el cuñado correspondiente. Como estrategia añadida, se utilizarán sillas y mesas que cojean para que los cuñados estén entretenidos nivelándolas con servilletas.
Además de las medidas sanitarias pertinentes, el Gremio repartirá entre las mesas colindantes tapones para los oídos y, en casos muy extremos, tásers de bajo voltaje como medida disuasoria.
“Habíamos valorado la opción del gas pimienta, pero lo descartamos porque también son personas”, declaraba el Presidente.